Las medidas de “todo gratis y para todos”, sin distinguir niveles de renta ni tipos de colectivos a quienes van dirigidas, son las más anti-igualitarias que uno pueda imaginarse. Son una vergüenza para todo ideal que se reclame “socialista”. Precisamente la Justicia, en un sentido socialista, debería consistir siempre en “tratar de manera diferente al que es diferente”
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