Deborah Robinson, de Boston (EEUU), fue declarada culpable por "permitir que un menor se infligiera daños corporales de forma gratuita e imprudente." Lo que hizo para merecerse semejante declaración de culpabilidad fue descuidar el piercing que su hija de 13 años se había hecho en el ombligo. El piercing se infectó, y cuando Deborah Robinson llevó a su hija al médico, ésta estaba gravemente enferma. La condena podría ser de hasta cinco años de cárcel.
|
etiquetas: piercing , infección , justicia , madre