(Centro de Neuroingeniería de la Universidad de Duke) En una primera demostración de la interacción (enlace bidireccional) entre el cerebro de un primate y un cuerpo virtual, dos monos aprendieron a emplear la actividad cerebral para controlar un avatar e identificar la textura de objetos virtuales. Los resultados sugieren que podría emplearse en un futuro para que pacientes con lesiones en la médula espinal, entre otros, puedan recuperar el movimiento perdido y la sensación de tacto, por ejemplo con el uso de un exoesqueleto.
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