Un niño de dos años, que era velado en una pequeña localidad del empobrecido norte de Brasil, despertó y pidió un vaso de agua a sus sorprendidos padres, antes de morir 'nuevamente' camino al hospital. Según las versiones de prensa, el niño había comenzado a moverse en su cajón durante el velatorio, logró sentarse en el ataud y hasta escupió un algodón.
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