No se conocen las cifras exactas de los niños que mueren de hambre o por enfermedades causadas por la desnutrición y que muchos de ellos perecen víctimas de los bloqueos alimentarios producidos por los enfrentamientos armados. Los que se murieron son niños negros, indígenas, pobres; de otra manera, el país se habría paralizado. Son niños que no le importan a nadie, ni siquiera a aquellos que tienen la obligación de protegerlos. Su muerte pasa desapercibida entre notas de prensa. El país sigue de espaldas y los niños se siguen muriendo de hambre
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