Como de costumbre, las autoridades mexicanas prestas a salir al rescate de las grandes empresas, pero carente de respuesta para los damnificados: los ciudadanos de a pie. Para los hermanos de la península, sepan que cada vez más, esas grandes empresas (bancos, gaseras, emporios hoteleros) beneficiadas por la miopía y corrupción de gobernantes ineptos de los países latino americanos tienen nombres y apellidos ibéricos. ¿mientras tanto que hacemos nosotros? Nos solidarizamos entre hermanos y aguantamos la fragua de la revolución del siglo XXI.
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