En la costa occidental de Noruega, junto a la refinería de Mongstad (una de las mayores del país), avanzan a buen ritmo las obras de lo que será una planta experimental a gran escala para separar el dióxido de carbono en los flujos generados en la combustión de carbón y de gas natural de las centrales térmicas para generación de electricidad. La planta empezará a funcionar en 2011.
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