El martes por la tarde Visa y MasterCard decidieron apuntarse a la banca ética. De su propia ética, sí. Las empresas que hasta ahora suministraban un instrumento de pago neutro (con tarjeta de crédito se puede pagar el donativo a una organización nazi, los servicios de un puticlub y la entrada a un espectáculo de José Luis Moreno, entre otras) decidieron dar un giro y se negaron a ser uno de los instrumentos de financiación de Wikileaks.
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