En lugar de generar ideas brillantes para construir un sistema alimentario sostenible y equitativo, quienes están en el poder, los sacerdotes del BM, de la OMC y del FMI, los directorios de las empresas y, de hecho, la mayoría de los gobiernos y sus equipos asesores parecen capaces de tener sólo actos reflejos que equivalen a más de lo mismo: más liberalización del comercio, más fertilizantes, más transgénicos y más endeudamiento para hacer todo eso posible. La mera idea de reformular las reglas del sistema financiero de poner coto a los especu