La exposición, orientada a niños de 9 a 14 años, según el folleto oficial del proyecto, da una visión distinta del sexo a la disponible en televisión o en películas porno. Sin tapujos hablan de erecciones, masturbación y homosexualidad. Se pueden oír, apretando un par de botones, los sonidos que emite un beso y es posible inflar un pene hecho en caucho con una bomba, como una llanta de bicicleta. Ni al Ministerio ni a la exposición les han faltado enemigos. En su momento, hasta el Papa se pronunció en contra de la medida. (Francia)
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