La fotografía de un arzobispo, un alto cargo de la Guardia Civil, un ministro y una presidenta foral en pose de confesionario ya provocó la reacción airada de decenas de usuarios en internet; pero pocos se percataron de que, además, lo que enterraron a modo de primera piedra del nuevo cuartel del instituto armado en Fitero era una urna, una urna electoral.
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