El otro día por primera vez se utilizó el pinganillo en el Pleno del Senado. Fue una imagen sorprendente. Me recordaba a mis tiempos del Parlamento Europeo donde el uso de la traducción simultanea y las escritas le cuesta a los contribuyentes casi el 40% del presupuesto de la Cámara Europea. Es lógico que se invierta esa cantidad porque en la vieja Europa no tenemos una lengua común y el uso de la tecnología nos posibilita el entendimiento.Que grande es esa palabra: entendernos. Que grande es el idioma, ese que nos anima a hablar y discutir...
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