Pisar el acelerador en la N-I se está poniendo difícil. A los diez radares fijos existentes en el tramo guipuzcoano se añadió recientemente la limitación de velocidad a 110. A partir de la primera semana de junio, una vuelta de tuerca más. Entre Ordizia e Irura se instalará un radar de tramo, es decir, un sistema que calculará la velocidad media de los vehículos en los 19 kilómetros que separan ambas localidades.
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