La coincidencia de los primeros éxitos en el gran colisionador de partículas LHC del CERN, cerca de Ginebra, con la inauguración del sincrotrón Alba, en Cerdanyola del Vallès, y el cincuentenario del descubrimiento de las primeras estructuras atómicas de proteínas, invita a reflexionar sobre la apasionante confluencia entre los sincrotrones y la biología....
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