Esteban era un empresario de éxito. Había heredado una pequeña empresa de mudanzas de dos camiones y ya tenía cinco camiones trabajando a pleno rendimiento. Corría el año 2006. Una mañana recibió la llamada, del director de una oficina de la CAM que iba a cambiar el resto de su vida... Años después no hay responsables. Todo queda impune.
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