De casta le viene al galgo. El super empresario Kike Sarasola, que tan bien caía a la progresía madrileña, casado con su novio e hijos alquilados, resulta que tiene negocios con la derecha rancia madrileña, contratos ocultos y ocultados con la Comunidad de Madrid, y deudas millonarias con Hacienda por interposición de empresas offshore. Ya su padre, Enrique Sarasola Marulenda fue el empresario de cabecera de Felipe González hasta que Alfonso Guerra lo impidió. Después Felipe emularía el gusto por los negocios y el dinero de su colega Sarasola, a quien se le adjudicó el Hipódromo madrileño y que intermedió en el metro de Medellín, Colombia.
lahoradigital.com/noticia/27815/opinion/sarasola-y-las-extranas-amista