Para evitar hundirnos en la desazón de Gurtheles, Urdangarines, Garzones, Dorribos, Ruicesmateos y otros affaires judiciales, hago un barrido por la prensa americana y tropiezo con el juicio de los Tribunales de Virginia a un conductor denunciado por un taxista con el que colisionó por la triple circunstancia de conducir a gran velocidad, conducir ebrio e ir simultáneamente haciendo el amor en el asiento de atrás. Un tres en uno increíble pero cierto.
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