La palabra transfuguismo no existía en Villalbilla hasta que las elecciones municipales de 2007 propiciaron un acuerdo de Gobierno entre el PP y los dos ediles que encabezaron la lista del PSOE. Tras esa legislatura y con el impacto de la crisis, de los cajones del Consistorio no sólo salen gastos exagerados en teléfonos móviles, sino facturas sin contabilizar que revelan una gestión sin control y que se traduce en 11 millones de deuda.
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