La optogenética, que ha sido acogida como un avance en la ciencia biomédica, ofrece la promesa de usar la luz para controlar células cerebrales con precisión y poder así manipular el comportamiento, dar forma a los procesos de enfermedad o, incluso en el futuro, administrar tratamientos. La tecnología requiere caros y aparatosos láseres como fuente de luz y un cable de fibra óptica enganchado a un animal, un estorbo que dificulta el estudio de cómo afecta la manipulación de células al comportamiento normal de un animal.