Cuando Greg Dunn terminó su doctorado en neurociencia en Penn en 2011, se regaló a sí mismo un tanque de aislamiento sensorial como regalo de graduación. El regalo marcó una transición importante en su vida, en su modo de ver el mundo de la ciencia hacia una vida de meditación y de arte. Ahora vive en Filadelfia, y dice que se inspira en sus años de estudiante por la belleza de las neuronas tratadas con ciertos tintes. La técnica de impregnación argéntica, por ejemplo, vuelve a una o dos neuronas negras contra un fondo dorado.
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