Su nombre es Lydia Cacho. En 2005, se atrevió a denunciar en el libro 'Los demonios del Edén' a los cerebros de una red de pederastia, pornografía infantil y turismo sexual. Cacho puso nombre y apellidos a los pederastas. Desde entonces ha sido secuestrada, torturada y solo la ha salvado la movilización social. En abril, ganó el Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco-Guillermo Cano 2008. El lunes llegó a Barcelona para recoger el III Premio Casa Amèrica a la Libertad de Expresión.
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