El aeropuerto de Barra, Escocia, es el único en todo el mundo cuya pista de aterrizaje está sobre la arena de la playa. Tanto es así, que los aviones, a parte de las condiciones climatológicas, han de estar pendientes de las mareas para saber si pueden aterrizar o cuanto rato tienen para despegar de nuevo, ya que en pleamar, las pistas quedan inundadas. Si el aterrizaje es nocturno, se ponen automóviles con las luces encendidas para indicar el centro de la pista. Vista de 360º del aeropuerto:
robinwilson.net/barraairport/barraairport.htm