José María y yo acompañamos a Ramón. Tiene una cita en el juzgado de violencia contra la mujer nº 2 de Palma y nos pide que no lo dejemos solo. No sabe porqué lo han citado, cree que es una vista ante el juez o un careo. Está asustado y su imponente presencia contrasta con su fragilidad y una cierta sensación de desasosiego. Hace tres días otro juzgado emitió una orden de alejamiento… contra su mujer. Sí, increíble. Él, un tío corpulento de 90 kilos sufrió una soberana paliza en plena calle y delante de testigos conocidos del barrio.
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etiquetas: denuncias falsas , violencia sin genero