Desde que se anunció el programa 21 Días ya dije que no me daba buena espina. Ví un trozo del capítulo (sí, "capítulo") en el que vivía en la calle y ya pensé que no tenía mucha lógica la experiencia, dado que no puede sentir lo mismo alguien que sabe que dicha experiencia tiene fecha de caducidad, con un mendigo real incapaz de ver la luz al final del túnel.
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