En una remota aldea argentina de apenas trescientos habitantes han nacido, en poco más de un siglo, cuarenta y seis albinos, una cifra absolutamente desproporcionada. Esta es la crónica del recorrido por un pueblo y su historia, su patología, su aislamiento y sus intrigas. El índice de albinismo en Aicuña no es uno por cada diecisiete mil personas, sino uno por cada noventa. O como sostiene el doctor Eduardo Castilla, (...) el coeficiente de albinismo es casi doscientas veces mayor en este pueblo que en el resto del planeta.