Mario Piedraplana, natural de Murcia, tuvo la suerte de pasar cerca de un local de ambiente gay en la localidad en la que vive justo cuando parecía que iba a diluviar. Al grito de “No temo a lo desconocido”, entró en el bar para guarecerse de la lluvia que, según él, estaba a punto de caer. Aguantó desde las siete de la tarde hasta las cinco de la mañana, cuando decidió seguir refugiándose del chaparrón en un “After Hours” en el que se celebraba una fiesta de la espuma.
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