La situación de la constructora Reyal Urbis empieza a tomar tintes dramáticos. La inmobiliaria que preside Rafael Santamaría necesita estar tres años (hasta 2013) sin pagar un euro a los bancos acreedores ni principal ni intereses para salvarse del concurso de acreedores, según el plan elaborado por Lazard que remitió anoche a la CNMV. Y no sólo eso, sino que también solicita una nueva línea de crédito, es decir, que las entidades pongan todavía más dinero en la compañía pese a la enorme incertidumbre sobre la recuperación de sus préstamos.
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