Estos días es obligado, o así lo parece, hablar de las banderas azules, como si constituyeran una garantía oficial y científica de salubridad e idoneidad. Un simple bloguero ya advirtió hace dos años de que hace ahora diez que la Unión Europea se desentendió de ese distintivo. Empieza el verano y es muy oportuno recordar este sustancial detalle.
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