Por aquello de lo de la paz y el amor, han invitado a Rubalcaba, pero el pobre no ha venido porque él se pierde en la calle y no se ha enterado bien de dónde era la fiesta. Y eso que Esperanza, que como ahora tiene más tiempo se ha encargado de reservar el local, le puso en copia en el email: “No faltes Alferdo, nos han cerrado el congreso para nosotros solos. Fiesta privada“. Cañete se ha ocupado del menú: “Oye, a mí me pones buenas raciones nada de mamandurrias y quítame lo del sorbete de cava catalán que a más de un ministro se le atraganta"
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