Según una investigación, las bebidas fermentadas de baja graduación, consumidas por adultos sanos, podrían tener un efecto protector frente a los riesgos cardiovasculares. El consumo moderado de cerveza podría contribuir a reducir el riesgo cardiovascular y ayudar a la rehidratación tras la práctica deportiva, según se detalla en la Monografía del III Simposio Internacional de la Cerveza, presentado este martes en Logroño.
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