CORRÍA el año 1999 y el entonces Caja San Fernando había completado una Copa de ensueño. El equipo, entonces dirigido por Javier Imbroda, ganó in extremis al anfitrión, Pamesa Valencia, en cuartos de final y tumbó al todopoderoso Barcelona en semifinales, en uno de los mejores partidos de la historia del club. Llegó a la final contra el Tau Cerámica y todo iba bajo control... hasta que se lesionó Andre Turner.
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