[Enric González] "Habrá que ver qué ocurre con Walid Husayin. El barbero de Kalkilya, una ciudad pobre y conservadora de Cisjordania, se ha convertido en un inesperado termómetro de la temperatura religiosa en los territorios ocupados. Y en un problema para la Autoridad Palestina y para Fatah, el partido que la domina. Fatah presume de tolerancia y laicidad, en contraposición con sus rivales islamistas de Hamás, pero ahora tiene entre manos a un detenido por herejía y blasfemia..."
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