Ayer se celebró el Día del Libro. Y de los Derechos de Autor, coletilla que a menudo se olvida a la hora de reseñar este día. Este año, el Día del Libro coincide con la circunstancia de que todas las novelas que he escrito están disponibles gratis en la red. Ni qué decir tiene que me hace una ilusión tremenda que me pirateen. Eso significa que mi creación es demandada por el público. Y, por supuesto, no consiento que nadie les llame ladrones. Esa persona no va a dejar de comprar libros. Y esa persona no es una ladrona. Ni yo tampoco lo soy.
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