Según el estudio «Hidratación y Rendimiento Cognitivo», dirigido por el catedrático de la Conducta de la Universidad de Oviedo José Antonio Flórez, el rendimiento mental disminuye significativamente cuando los niveles de deshidratación alcanzan el 2 por ciento del peso corporal, aunque empiezan a notarse a partir de pérdidas del 1 por ciento. Incluso en situaciones de deshidratación leve, ciertas habilidades cognitivas como la atención y la memoria a corto plazo pueden verse afectadas inmediatamente.
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