«En la propaganda contra las descargas ilícitas de música o películas en internet se utiliza con frecuencia un lenguaje que no sólo resulta ofensivo para los infractores de la norma, sino también incorrecto. En un breve ensayo publicado por la universidad de Sydney (
papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1120585), Patricia Loughlan estudia y analiza este asunto con algunos casos interesantes de la jurisprudencia norteamericana. Su tesis es que el uso de tal lenguaje supone una "distorsión manipuladora de la realidad moral y legal".»