Las novelas ligeras fueron una evolución natural de las publicaciones comerciales japonesas. Conforme la popularidad de los mangas que pasaban al animé aumentó durante la década de los setenta, las casas de publicación se vieron en la necesidad de llamar la atención del público cada vez más relacionado con el arte que con la impresión. Muchas de estas publicaciones optaron por poner imágenes al principio de sus historias; así como agregar información sobre los mangas, animé y películas populares para el momento.