Este Passat Variant utiliza una mezcla de posicionamiento GPS y sensores láser, ópticos y de inercia, cuya información es combinada con una serie de complejos algoritmos. El resultado es un automóvil que no sólo puede circular sin necesidad de un humano al volante, sino que puede realizar maniobras tan arriesgadas como esta de hoy. El propósito de los ingenieros de Stanford no es sacarte las asaduras por la boca, sino aprender a controlar situaciones extraordinariamente difíciles con el hardware del prototipo actual.
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