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El Primer Ministro y la censura

En 1962 hacía furor en el Reino Unido un programa de sátira política que contaba entre sus principales victimas al Primer Ministro Macmillan y a su gabinete. Uno de los ministros, cansado de las críticas, dijo que "iba a hacer algo al respecto". ¿La respuesta de Mcmillan? "Es bueno que se rían de uno, es mucho mejor que ser ignorado". Un documento para recordar en estos tiempos de políticos con poco sentido del ridículo y censura cada vez más extendida.

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