La idea de desarrollar este prototipo tiene su inspiración en las mesas de hockey aéreo, pero se basa en un constante flujo de aire lanzado contra el suelo gracias a un compresor. Lamentablemente, el prototipo requiere de alimentación eléctrica externa, por lo que un cable limita las capacidades de la silla, que de todas formas puede trabajar perfectamente con personas que pesen hasta 150 kilos, con la ventaja que basta con un leve impulso (de otra persona) para que la silla se desplace suavemente. Se perfeccionará con fines comerciales.