Aunque desde fuera no pareciera haber conexión alguna, los hambrientos del mundo, los animales explotados en granjas industriales para ser convertidos en carne, y la creencia de que consumismo (de diésel, en este caso) se iguala a comodidad y felicidad están directamente relacionados. Mientras no hagamos estas conexiones explícitas y las discutamos abiertamente, los problemas que la agricultura industrial jura que resolverá no harán más que intensificarse.
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