En Valencia ni se hubieran conocido. Pero viven en Nicaragua. Allí solo ha bastado unos meses para que los caminos de Antonio, Esther y Jorge se cruzaran y emprendieran la cruzada de recaudar 5.000 euros para comprar algodón. Material indispensable para que las 48 personas que trabajan en el CS Tío Antonio puedan continuar tejiendo sonrisas.
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