Si alguna vez habéis jugado a un videojuego de conducción, sabréis que una de las vistas típicas es la de tercera persona. Normalmente la cámara se sitúa sobre el coche, dándonos una visión general tanto del vehículo como de la carretera. Pero esa no es la visión que normalmente tenemos cuando conducimos de verdad. Así que ¿qué sucedería si de repente nos viésemos en la obligación de conducir un coche real pero con la perspectiva habitual de un videojuego?