Os juro que esto que os cuento es verídico: un operador que marketing telefónico se dedicó a llamar casi a diario a casa de mis padres (80 y 78 años)a horas intempestivas. Pues bien, un día mi padre, ya harto, le contestó elevando mucho el tono, nada más oír la voz del operador:
- "¡Hijo!, ¡hijo mío!, ¡porque tú eres mi hijo!" El operador debió decirle que se confundía, que no era su hijo.
- "¿Cómo que no eres mi hijo? ¡Pero si conozco tu voz! ¡¡Eres mi hijo!!. ¡¡Elisa, ven, corre y saluda a tu hijo!!".
Mi madre acudió muy exterañada, pensando que era mi hermano, y después de oír la voz del operador, le dijo a mi padre: "Manolo, te confundes cariño, no es nuestro hijo".
A esto que mi padre cogió el auricular, y dirigíéndose al operador le dijo a voz en grito: ¡Claro que eres mi hijo so cabrón!, ¡te he reconocido!, eres uno de los muchos hijo de puta que tengo desperdigados por ahí. Y colgó. No hemos vuelto recibir llamadas de ese operador que, por cierto, vendía una colección de libros religiosos.
Yo tuve la suerte de estar presente en la conversación, y no me he reído más en toda mi vida.
El inepto que tenemos de presidente está convencido de que somos tontos y de que nos tragamos todo lo que nos pongan por delante. Pero lo peor es que tenemos lo que nos merecemos, y que puede que tenga razón.
Por mi trabajo, conozco a bastantes familias con todos sus miembros "en paro", pero en las que todos o casi todos ellos trabajan. No obstante, comparto la opinión de que Zapatero nos va a dejar en pelotas a todos.