Hemos enterrado a muchos que se divertían al volante. Y eso no sería tan malo si no fuera porque también hemos enterrado a muchos que simplemente se cruzaron con ellos sin comerlo ni beberlo.
La descripción con pelos (ejem) y señales del rabo del cura ha sido pura chiripa.
Por cierto, lo de que no se exhibió desnudo "no lo recuerda". Puede que si, puede que no, cualquiera se acuerda de algo tan normal en el día a día de un cura.