#33 No dejes que la realidad les estropee un buen titular.
Por cierto, las escenas del interior del Alcázar de Segovia, que son bastantes, están rodadas en unos magníficos escenarios artificiales. Y que yo sepa nadie en Castilla se ha quejado.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que si te pones muy puntilloso con la realidad histórica la serie puede perder interés y convertise en un documental. Dudo mucho que la reina Isabel tuviera en el siglo XV la carita de Michelle Jenner.
#81 Te respondo a ti, porque después de 62 votos negativos al menos tú has razonado de una manera crítica porqué no te parece bien lo que he dicho (aunque reconozco que quizá no me he expresado de la manera más correcta). Evidentemente Panrico ha caído por no estar bien gestionada y habría -que no pasará- que pedir responsabilidades a los gestores. Pero el problema general, y no solo en el sector de la alimentación, con respecto a las marcas blancas es que si bien son más económicas tienen la contrapartida de hundir en ventas a otras empresas tradicionales que suelen generalmente fabricar con mayor calidad, comprar a proveedores nacionales y mantener levantado el tejido social y laboral de comarcas enteras.
Por supuesto cada uno es muy libre de comprar lo que quiera, faltaría más, pero piensa que cuando mucha gente compra, por ejemplo, espárragos navarros cultivados en China (Carrefour) o aceite de oliva cultivado en el sur de Portugal (Mercadona) aunque luego envase en Sevilla, anchoas de Marruecos, o pequeños electrodomésticos asiáticos que antes de fabricaban en toda España, hay mucha gente en este país que lo va a pasar muy mal para sacar a sus empresas y sus trabajadores adelante. E incluyo especialmente a pequeñas y medianas empresas, no solo a multinacionales. Y la única solución que les queda es subir precios y al final acabar por hundirse. Una rueda, como dice bien dice #50.
En este país de extremos hemos pasado de comprar solo lo mejor a solo marcas blancas, sin razonar lo que puede haber detrás de cada marca, sin pensar en el pequeño comercio local de calidad. Por mi multinacionales como Nestlé se pueden hundir mañana mismo, políticamente nos quedaríamos todos muy a gusto, lo consideraríamos una victoria contra el capitalismo, pero quizá los trabajadores de Nestlé, los de abajo del todo no estarían tan contentos, y los proveedores locales de cada gran fábrica tampoco. Y las pequeñas empresas que viven de la riqueza que genera una gran fábrica en un pueblo menos.Y los que nos gusta comprar algo de calidad de vez en cuando tampoco.
Pero ya ves, en esta web, cuando te sales de la "linea oficial" de neoprogresismo happy de algunos te lo razonan con argumentos tan profundos como el de #41: Y para que quede claro, ti comentario me parece una mierda.
#10 Pues no, no ha habido ni un solo cambio en la situación de la educación valenciana. De hecho, creo que está aún peor: este año ya no hay ayuda para libros.
Me queda el consuelo de saber que el jefe de policía de Valencia, el del enemigo, fue invitado a pedir un cambio de destino y que la delegada del gobierno ahora se lo piensa mucho antes de enviar a la policía a repartir hostias.
Pues mi Nokia 100, que básicamente solo sirve para llamadas y mensajes, también va de maravilla. Llevo más de una semana sin cargar la batería y todavía está a llena. Se te puede caer al suelo sin problemas y, además, solo me ha costado 20 €, libre. Y lo mejor es que no tiene Whatsapp, ni falta que hace.
#14 Lo siento, pero no voy a cambiar de opinión. Cuando tenía yo 21 años también creía en los políticos (valencianos o no) porque teníamos una democracia recién estrenada y un tal Felipe González que al principio ilusionaba pero luego nos engañó a todos como a chinos. Aznar acabó de rematar mi desconfianza, no solo en los políticos, sino en el verdadero origen del problema: los que votan masivamente a corruptos y malos gestores aún a sabiendas de que lo son. Los que quieren ser engañados por simple miedo, incultura, ingenuidad o las tres cosas a la vez. Los dogmáticos y orgullosos que son incapaces de replantarse sus ideales. Es decir, la gran mayoría de la población española.
Empieza a asumir que Valencia no tiene solución porque los valencianos nunca hemos querido que la tenga. Fuimos los últimos en abandonar la lucha por la República y cuatro días después éramos más fachas que Franco (y así seguimos). No tenemos asumida la identidad, nos dividimos entre los que odian a Cataluña y los que se sienten catalanes. Por no ponernos de acuerdo no nos ponemos ni en la denominación de nuestro propio territorio o la bandera, aceptando cosas tan absurdas como lo de "comunidad autónoma" a una ¿región? ¿país? ¿reino? que en el siglo XV era de los más potentes de Europa.
No me quiero enrollar, pero si quieres saber quienes somos exactamente los valencianos (porque siempre hemos sido así) te recomiendo que leas a Blasco Ibañez, en especial "Arroz y Tartana", a Joan Fuster o a Estellés, y te darás cuenta de que vives sitio que es capaz de lo mejor, pero a veces, cuando queremos aparentar, también de lo peor.
Y seguro que cientos y cientos de miles de valencianos lo aplauden con las orejas, lo justifican , le echan la culpa a los rojos o a Zapatero y cuando se les acaben los recursos dirán ¿Y lo de los ERES de Andalucia qué?
Ya está bien de quejarse de los políticos valencianos, son los que elegimos como idiotas una y otra vez. Tenemos, y esta vez si, lo que nos merecemos.
Gracias a Twitter, Facebook y especialmente Whatsapp me he dado cuenta de la cantidad de niños y niñas de 30 y 40 años que me rodean. ¿Es tan difícil encontrar un supuesto "adulto" que no se pase el día enviando gilipolleces por el móvil?
Y seguro que ahora sale alguien diciendo que no puedo renunciar a la tecnología, como si esto lo estuviese escribiendo desde una Olivetti lettera.
Por cierto, las escenas del interior del Alcázar de Segovia, que son bastantes, están rodadas en unos magníficos escenarios artificiales. Y que yo sepa nadie en Castilla se ha quejado.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que si te pones muy puntilloso con la realidad histórica la serie puede perder interés y convertise en un documental. Dudo mucho que la reina Isabel tuviera en el siglo XV la carita de Michelle Jenner.