#30 Lo de mi gato no fue inyección. Me levanté un día y respiraba fatal. Así que en vez de irme al curro, cogí el transportín y me lo llevé al veterinario. No llegó.
Lo de la inyección, me da la sensación que es peor, porque es una decisión que has de tomar. Yo no tuve que hacerlo. Lo siento.
#14 A ver, claro. Digo que no me caía bien porque era el que me encabronaba a los otros dos, comía más que los otros dos, y más cosas.
Aún así, cuando se me quedó camino del vete, me puse a llorar delante del tipo. No se me olvida esa imagen del pobre tendido en la mesa.
#3 El primero de mis gatos, cuando era chiquitín, se tumbaba junto a mi mujer mientras ella hacía un puzle de 10.000 piezas. Todos los días la acompañaba.
Cuando mi mujer puso la penúltima pieza, el cabró trincó la que quedaba con la boca y se escapo corriendo debajo del sofá con mi mujer corriendo detrás llamándole de todo.
Si eso no es de ser hijo de puta, ya me dirás.
Aún así, ahí sigue, como un señor. Y muy querido. Entre otras cosas, lleva durmiendo junto a la cabeza de mi mujer desde que llegó a casa hace 12 años y cuando no está lo echa de menos.
#teahorrounclick «mierda», «mear», «follar», «coño», «chupapollas», «hijo de puta» y «tetas» («shit», «piss», «fuck», «cunt», «cocksucker», «motherfucker» y «tits» en el original).
Sabedores de que aquella situación era insostenible, en 1827 aceptaron la propuesta del califa Al-Mamún</i
Edit: He visto que ya se lo dicen en los comentarios