Padres, profesores,... Y una sociedad que está recuperando los rancios modos de la España franquista. Igual las criaturitas solamente seguían los sabios consejos sus "catolicísimos" progenitores y de su cura de cabecera e intentaban "curar" a su amiga "desviada" de su horrenda parafilia.
Lo peor es que ahora con las TDTs que concedió Aznar, hay casi una docena de "cadenas" que rechazarán las "formas" de las agresoras, pero a la vez condenarán a la víctima por su condición sexual y a los padres por no ponerla en "tratamiento para curarla".
Creo que me voy a exiliar un día de estos, no se donde, alguien se viene.
Por supuesto que somos culpables, todos y cada uno de nosotros. No solo por no mirar a quien votamos. No solo por mirar a otro lado cuando no nos tocan "lo nuestro".
Los políticos, banqueros, empresarios... salen de nuestras familias, de nuestras escuelas, de nuestra sociedad.
No somos culpables porque...
Porque no somos capaces de construir una sociedad democrática y lo dejamos todo en manos de vividores, delincuentes y psicópatas.
No somos culpables porque somos tan tontos como para creer que incluso así todo irá bien.
Si se gastan miles de millones de nuestro dinero en un AVE que solo utilizarán unos pocos privilegiados, nos sentimos patriotas orgullosos de un país con más kilómetros de un tren para que ricos, que nos cuesta una millonada cada año mantener.
Y como los ineptos socialistas no solo no han sabido poner freno al dislate del gasto público sino que lo han aumentado con estúpidas obras faraónicas, con cientos de empresas públicas que no sirven para nada en vez de invertir en I+D y tampoco han sabido frenar la burbuja inmobiliaria (como nadie se paró a pensar que las burbujas si se hinchan en exceso acaban siempre reventando), votamos a los "otros", para que nos saquen las castañas que habían metido ellos en el fuego.
¿Qué esperábamos?... que metieran mano al bolsillo de las grandes fortunas que los apoyan, que gravaran al máximo los beneficios no reinvertidos de las empresas y que persiguieran a los especuladores que han convertido los mercados de valores en una especie de casino indio, arruinando a decenas de miles de incautos que serían millones si no fuera porque aquí todo el mundo quiere estrenar casa propia y se han embarcado en una hipotecas "matusalenas" y se han endeudado hasta las cejas... sí, viviendo por encima de sus posibilidades.
Nuestro problema no es la deuda pública, es la deuda privada. Dejemos de dar la culpa a los demás de nuestros males. Reconocer nuestros errores no hará que nos sean perdonadas nuestras deudas pero es posible que pudiera hacer que no persistamos en ellos hasta (y aquí es donde me entran escalofríos), que ya no haya solución.
Hay que reestructurar el Estado, empezando por quitar todos los políticos corruptos, perseguir a los defraudadores, desde el amiguete fontanero que nos quiere facturar sin IVA hasta el banquero o el empresario sinvergüenza que evade millones de euros.
Tendríamos, y no sé si podemos llegar a tanto, a moralizarnos un poco como sociedad, dejar de ser tan tolerantes con los chorizos y dejar de tener simpatía por los delincuentes por muy simpáticos que sean.
No sé, supongo que la respuesta es que no hay respuesta, tenemos el gobierno que nos merecemos y nos hundiremos todos juntos. La gente no cambia.