O sea, como en Menéame han cuestionado esta nota, automáticamente me he convencido de que es Ucrania la que ha salido de sus fronteras a matar rusos. Misión cumplida, chicos.
La marcha del último jueves de cada mes de Bicicrítica es todo menos pacífica. Dejé de asistir al ver que lo que se impone es la patanería y la desconsideración hacia los demás. Colarse en un semáforo y retrasar un autobús cargado de gente no es reivindicar nada, es hacerle la puñeta a los usuarios del transporte público. No salen a hacer aliados, sino a buscar pelea, a complicarle la tarde sin necesidad a los demás, a dejar la imagen de todos los ciclistas a la altura del betún. No me verán pedaleando con ellos.
Este viejo sarnoso viajó a Caracas para llamarnos "carroña" a los demócratas venezolanos. A él ni el buitre más desesperado se lo comería. Por mí que se lo coja un burro.