#4 En efecto, "Los detectives salvajes" tiene todos los ingredientes para hacer más llevadera cualquier depresión: es vitalista, tiene un sentido del humor extraño pero absorbente y engancha de tal modo que puede uno aislarse del mundo durante horas...
Qué puta desgracia lo del hígado, por cierto. Gustoso le hubiera dado un pedazo del mío (aunque con lo que bebo últimamente, no sé yo si le hubiera servido de gran cosa).
El artículo es muy catastrofista, incluso (como dicen por ahí arriba) puede que con datos incorrectos. Pero, joder, los políticos nos lo están pintando de color de rosa, como que aquí no pasa nada, y no es así, así que, por lo menos, tomar la parte intermedia entre estas dos visiones. Aunque yo me aventuro a decir que la realidad está mucho más cerca de la de este artículo que de la de nuestros "dirigentes".
Por cierto #11, Roberto Centeno también es "Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid" (www.robertocenteno.es/perfil.html).
La primera: el señor inglés de artículo ha sido un tanto 'primaveras'. En su pais tambien ocurren las estafas.
La segunda: en este país nuestro, estafar sale muy barato. Es ridículo. No es propio de un país civilizado. Ni 10ª potencia mundial, ni boinas; mientras estas cosas ocurran, somos una república bananera. Y éste es uno de los síntomas (hay otros) de que la justicia de este país NO FUNCIONA.
Y, por finalizar, una parte importante de los problemas de nuestro bendito país con la crisis (que está resultando ser más grave que en casi toda Europa) es la falta de confianza de los inversores. ¿Cómo van a tener confianza en nosotros? ¡Si ni siquiera tenemos un sistema judicial decente! ¡Si una de nuestras iniciativas clave es la picaresca! ¡Anda ya!
Con todo, pobrecillo señor inglés. Me recuerda cuando he estado de visita en otros paises (el caso extremo, Japón), que ves como funcionan y piensas "normal que estos señores vengan a hacer turismo a España y les caen las bofetadas por todos los lados; desde taxistas que les llevan del aeropuerto al centro pasando por Santiago -y cobrándoles millonadas- hasta chorizos que les empiezan a robar nada más que salen de la zona de llegadas del aeropuerto, siguiendo por las estaciones de tren y metro, y terminando con ellos en el centro de las ciudades. En su país, esto no ocurre". Vergonzoso, como lo es la noticia que #0 ha sacado a la palestra.