Por lo pronto se me ocurre que sería imposible distinguir a un diabético de alguien que, por ejemplo, se ha pegado un buen desayuno basado en dulces. Y no me vengáis con lo de homogeneizar los desayunos porque todos sabemos que eso es imposible y el día de la analítica cada uno comería lo que le saliese de los huevos
Si comiésemos antes de un análisis (de sangre, se entiende. No hablamos de orina) además de la glucosa se alterarían muchos parámetros más como el pH por los fosfatos, aumentarían los triglicéridos (el suero sería más turbio y puede que incluso inutilizable para algunos laboratorios), las enzimas hepáticas (transaminasas), los niveles de la propia insulina (puesto que al ingerir azúcares, se dará un hiperinsulinismo con tal de que dicha glucosa ingrese a las células). Imaginaos el percal, sería imposible hacer diagnósticos de aproximación de hipertrigliceridemia, diabetes, hepatitis, gota, alcalosis/acidosis metabólicas y un largo etc...
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"Estos estudios son básicos para llegar a modular la lipemia postprandial (la acción de las grasas sobre nuestras arterias después de comer) por medio de la selección de los alimentos"
Por cierto, totalmente incorrecto. La lipemia es la concentración de lípidos en sangre. La acción de las grasas sobre las arterias es la aterogénesis.